miércoles, 7 de julio de 2010

Como la princesa del guisante

Hoy he tenido la suerte de descubrir un blog que me ha alegrado el día. Ana Pesolet muestra en un espacio muy personal y con un gran sentido del humor, sus rutinas diarias, reflexiones, anécdotas con sus hijos o pequeños "guisantes" como los llama ella... He pasado un buen rato leyendo algunas de sus historias, también me he emocionado con ellas y me he sentido identificada en muchos momentos, por mi casi recién estrenada maternidad.

Os dejo una entrada suya que seguro os arrancará alguna sonrisa, pero no dejeis de pasar por su blog para disfrutar de una lectura deliciosa.



"LLEVAR LAS OREJAS PUESTAS"


Mis hijos sólo se ponen las orejas cuando les apetece, que suele ser, siempre, cuando no toca.

Yo: Hijo, ¿has recogido el bañador de la alfombra?

Hijo: Silencio

Otro rato, yo: Hijo, ¿puedes ir a ver si has apagado la luz del cuarto de baño?

Hijo: Silencio

Al poco, digo: Marlin, ¿has leído hoy?
Hijo sordo: Silencio

Más tarde, pregunto: Bufón, ¿te has comido toda la fruta?

Hijo sordo nº 2: Silencio.

Yo, sólo por comprobar: Nenes, ¿os apetece un poquito de chocolate?

Hijo nº 1, rápido: Sí, bien yupi

Otro hijo, al mismo tiempo: Sííííííííííí

Preguntamos: Nenes, ¿nos vamos a la playa?
Hijo, de forma sorprendente responsable: Voy por el bañador que he dejado sobre la alfombra.
Otro hijo, con alegría: Síííííííííííí

Es decir. Oyen. Cuando Marlin era pequeñito, como de 3 o 4 años, le llevé un día a la pediatra (a la que ese día suplía una compañera mía del colegio), porque me daba la sensación de que no oía bien. Le miró con el otoscopio, me miró con cara de "Tú sigues estando tonta, como en el colegio". Y nos fuimos a casa.Ayer tuve la constatación de que, no solo oyen PER FEC TA MEN TE, sino que, a veces, a demás escuchan.



Escena de coche, ¿la conocéis? En el coche delante del nuestro: una tía patosa que lleva un tanque para llevar a un crío de 15 kilos. Dando marcha atrás, sin mirar. Yo, afortunadamente despierta, me aparté a tiempo. Solté, medio por lo bajinis:
- Joé, la típica tía torpe sacando el coche sin mirar.
Detrás, la vocecita de Bufón, 4 añitos recién cumplidos: - Qué, ¿otra vez te hash vuelto a encontrar a todosh losh tontosh de ezte pueblo?


La semana pasada salía del super con los niños, y tenía prisa. En consecuencia, me encontré todos los tractores, ancianos adorables, madres descargando niños, adultos cargando objetos voluminosos, y semáforos rojos y vehículos lentos del mundo. Y me pronuncié al respecto. Bufón ese día, por supuesto, llevaba las orejas puestas.

Como decía ayer, Educar es ser. Y yo soy... ¿qué soy? Una incauta.

6 comentarios:

Ana, princesa del guisante dijo...

Llego aquí porque mi amiga Carme, de La Meva maleta me ha dicho que has hablado (muy bien, por cierto) de mí.
Gracias por tus palabras cariñosas. Mi blog es parte de mí, por tanto, todo lo que digas sobre él, me halaga a mí como persona... lo cual me parece casi increíble.
Espero que sigas pasando por el Castillo, y me encantará leer tus comentarios.
Un abrazo

Ana

Carme Sala dijo...

He oído mi nombre y he venido pitando...ha sido una sorpresa leer a Ana por duplicado! Tu blog es muy bonito, tendré que pasar más a menudo...
: )

VadeRetro dijo...

Será un placer seguiros a las 2. Seguramente lo haré calladita, yo soy más tímida a la hora de escribir, y no tengo la capacidad de Ana para expresar mis pensamientos/sentimientos, pero seguiré admirando vuestro gran talento siempre que pueda.
Carme, un guaaaaaaaauuuuuu para tus ilustraciones.
Vaya 2 artistas!!
Besos

Ana, princesa del guisante dijo...

Permíteme una sugerencia. Si eres mamá reciente, léete esta entrada, estoy convencida de que te gustará. La escribí para una amiga mía que acababa de tener un bebé
http://comolaprincesadelguisante.blogspot.com/2010/02/ser-mama.html

Un beso, y, gracias una vez más.

Ana, princesa del guisante dijo...

No la he pegado bien
http://comolaprincesadelguisante.blogspot.com/2010/02/ser-mama.html

Ana, princesa del guisante dijo...

bueno, no sale entera... Es de febrero y se llama ser mamá