Casi me parece irreal que haya pasado un año, nuestras vidas han cambiado tanto en tan poco tiempo, que parece que hubiéramos vivido un siglo condensado en apenas un verano.
Llegó antes de tiempo, quizás el día más caluroso del año, pero él decidió que era el momento de nacer y hacerles el regalo más maravilloso del mundo a sus padres.
Este pequeñajo se ha convertido en una personita muy simpática, siempre con la sonrisa puesta, y un parloteo constante de contento.
Ahora mismo son dos bebés preciosos, que pasan ratos juntos sin hacerse ni caso el uno al otro, practican el juego paralelo cada uno absorto en su mundo, pero quizás vayan creciendo y también crezca entre ellos la amistad y el cariño que algún día les lleve a ser grandes compañeros de juegos y aventuras.
Como regalo de cumple, algunas de las primeras fotos de los dos cachorritos juntos.
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