Hubo que improvisar! 4 días antes de la boda todavía seguía esperando la llegada de un pedido de papeles estampados y sellos maravillosos, que nunca llegó. Había que buscar una alternativa y afortunadamente, la encontré. En una tienda de antigüedades que está en el casco antiguo de Badajoz rebusqué hasta encontrar lo que yo quería. Iba con la idea de comprar algún libro, que tuviera una tipografía bonita, o algunas ilustraciones apropiadas, pero el hallazgo que hice fue mejor: manuscritos y escrituras de herencia, algunos del siglo XVII, en bastante mal estado, sí, pero perfectos para convertirse en unos meseros de estilo vintage.
Una vez en casa, saqué mis tintas en spray, sellos, restos de encajes antiguos y me puse a imprimir y recortar números como loca. Os aseguro que fue un trabajazo, pero mereció la pena por el resultado: 30 obritas de arte enmarcadas con marcos de resina de estilo francés pintados en oro viejo. Quedaron preciosos decorando las mesas, pero en la pared de casa también me encantaban :-(